mayo 22, 2008

A todos Uds, aunque sean pocos a quienes realmente les importe... no puedo evitar llorar en estos momentos. Y lo que me convierte en un monstruo, es el hecho de que a pesar de que la culpa y el remordimiento han tomado por completo mi ser, el miedo al castigo se interpone pues se que jamás -haga lo que haga- podré ni siquiera redimirme. Sin embargo, ante los ojos de todos, mi llanto muestra el dolor de haber perdido a un ser querido (una vez mas) y solo ahora, había podido concluir, que estaba harta de la repugnante mentira que era mi vida, de la culpa enfermiza que me acechaba; aunque ni yo misma se con exactitud que paso esa maldita noche. Pero de algo estoy completamente segura: ha sido mi culpa… las dos veces.

Aunque, es cierto... doloroso, y hasta decepcionante, saber que en lo más recóndito y escondido de mi alma una felicidad se apodera poco a poco de mí al recordar aquellos funestos hechos; sin embargo, ese conocido -para mi- sentimiento de asco, asco a mi mismo... vuelve, y ahora, la hipocresía es el dueño de mí ser.

Si, se que muchos en estas circunstancias deben creer que simplemente soy una niña mas deprimida, una niña rica mas ahogándose en un vaso de agua, pero es que nadie siquiera se imagina la crueldad que albergo... y es que a todos Uds. nos los puedo culpar.

Siempre me escondí de todo y de todos, pues me avergonzaba de mi crueldad, de esos pensamientos, esos deseos que han destruido mi vida —pero yo no me destruí sola. Papá... no te guardo rencor, a pesar de todo lo que me hiciste, nunca te importamos después de todo, solo tu carrera política y la niña de tus ojos, mi hermana, a pesar de que ella sabia exactamente lo que me pasaría y aun así nunca hizo nada (aunque, ¿qué podría haber hecho ella?), y, en cierto modo, no la puedo culpar... ella siempre quiso escapar de ti, y lo logro, ahora la comprendo, nos martirizaste con la perfección-.

Herlick discúlpame... nuestra amistad no debió acabar, o por lo menos no de esa manera ,es cierto, siempre tuve miedo a la desilusión, al engaño, y esta mentira tan grande ya no era algo soportable. Tuviste razón acerca de él, si él. Me consuelo pensando que, si el y yo (ya no hay nosotros), nos hubiéramos conocido en otras circunstancias, no nos hubiéramos herido tanto; aunque creo que esa fue exactamente la belleza de nuestro amor... la dualidad entre el dolor y la ternura... pero no todo fue malo -aún puedo afirmar eso con vehemencia-, pues él me enseño a volver a creer en mi misma, y a pesar de todo, nunca tuve miedo de volar a su lado. Lástima que una vez que, nuestro mundo imaginario colapso, mi mundo perfecto, donde el y yo envejecíamos juntos... se desvaneció.

He vivido bajo las sombras mucho tiempo, aunque nunca me molesto... hasta que la envidia e hipocresía me poseyó... cuan equivocada estuve al pensar que la vida era perfecta.

Peace Out.-

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