mayo 23, 2008

Agorafobia

La agorafobia es la fobia o miedo irracional más comúnmente visto en consulta. Aunque de acuerdo con la etimología de la palabra se relaciona con el miedo a los lugares abiertos ("agora"=plaza), en general el agorafóbico teme cualquier lugar o situación en el que se sienta desprotegido, desamparado, del que no sea posible huir
inmediatamente a un lugar considerado "seguro" o recibir ayuda.
Por ello, la agorafobia suele incluir otras fobias más específicas como el miedo a los lugares cerrados o claustrofobia o a las alturas. El agorafóbico tiende a evitar las situaciones potencialmente ansiógenas, lo que generalmente presenta un grave problema para el individuo afectado por este trastorno, debido a que casi nunca deja su hogar, y cuando lo hace, generalmente, presenta una gran ansiedad causada por la fobia. Este trastorno tiene un mayor porcentaje de pacientes mujeres que hombres.

Al igual que otras fobias, el tratamiento más habitual es de tipo
conductual, o cognitivo-conductual.























Yo soy como el fracaso total del mundo, ¡oh, Pueblos! El canto frente a frente al mismo Satanás, dialoga con la ciencia tremenda de los muertos, y mi dolor chorrea de sangre la ciudad.
Aún mis días son restos de enormes muebles viejos, anoche «Dios» llevaba entre mundos que van así, mi niña, solos, y tú dices: «te quiero» cuando hablas con «tu» Pablo, sin oírle jamás.
El hombre y la mujer tienen olor a tumba, El cuerpo se me cae sobre la tierra bruta
Lo mismo que el ataúd rojo del infeliz. Enemigo total, aúllo por los barrios, un espanto más bárbaro, más bárbaro, más bárbaro que el hipo de cien perros botados a morir.


Pablo de Rokha*
“Es como caminar por las nubes, nunca sabes cuando podrás caer
al vació. Pero mientras caminas sobre ellas... es la mejor sensación
del mundo”

La union de nuestros atomos corporales
a sido destruida, ya no hay mas...
pero ese sabor que quedo es imborrable..
gracias por venir...
por haber estado, por que estas
y por que siempre estaras
dentro de una mente
que hoy juguetea con la depresión.

"...En palabras simples, todo es parte del sistema. Todo tiene que suceder y alguien se tiene que encargar de mejorar o empeorar el proceso para que suceda. Entonces el gobierno es solo un mediador, un mediador que contagia a las personas que realizan las cosas; o simplemente las obligan a hacerlo intentando mejorar. Por lo tanto hay descontentos como en cualquier lugar, la diferencia es que la justificación para todos aquellos que se quejan de lo mal, es "esto no es democracia" y siquiera ellos saben que es la democracia. A mi me es indiferente la política. Aquí y en cualquier lugar; obviamente es una regla a la que hay que adecuarse, pero creo que acá en Chile...mas se intenta mejorar el aspecto exterior en vez de preocuparse del interior del país y eso lo encuentro erróneo...por decir algo. Pero en general...me es indiferente por que no me siento representado entonces...no puedo hacer mas"
Jose Rodriguez*

"Narrar no sólo es significativo porque nos permite asumir o dibujar
un destino ajeno, que a la vez nos educa. Es significativo porque
ese destino ajeno, gracias a la fuerza de la llama que lo consume,
nos transfiere el calor que jamás obtenemos de nuestro propio
destino."

mayo 22, 2008

A todos Uds, aunque sean pocos a quienes realmente les importe... no puedo evitar llorar en estos momentos. Y lo que me convierte en un monstruo, es el hecho de que a pesar de que la culpa y el remordimiento han tomado por completo mi ser, el miedo al castigo se interpone pues se que jamás -haga lo que haga- podré ni siquiera redimirme. Sin embargo, ante los ojos de todos, mi llanto muestra el dolor de haber perdido a un ser querido (una vez mas) y solo ahora, había podido concluir, que estaba harta de la repugnante mentira que era mi vida, de la culpa enfermiza que me acechaba; aunque ni yo misma se con exactitud que paso esa maldita noche. Pero de algo estoy completamente segura: ha sido mi culpa… las dos veces.

Aunque, es cierto... doloroso, y hasta decepcionante, saber que en lo más recóndito y escondido de mi alma una felicidad se apodera poco a poco de mí al recordar aquellos funestos hechos; sin embargo, ese conocido -para mi- sentimiento de asco, asco a mi mismo... vuelve, y ahora, la hipocresía es el dueño de mí ser.

Si, se que muchos en estas circunstancias deben creer que simplemente soy una niña mas deprimida, una niña rica mas ahogándose en un vaso de agua, pero es que nadie siquiera se imagina la crueldad que albergo... y es que a todos Uds. nos los puedo culpar.

Siempre me escondí de todo y de todos, pues me avergonzaba de mi crueldad, de esos pensamientos, esos deseos que han destruido mi vida —pero yo no me destruí sola. Papá... no te guardo rencor, a pesar de todo lo que me hiciste, nunca te importamos después de todo, solo tu carrera política y la niña de tus ojos, mi hermana, a pesar de que ella sabia exactamente lo que me pasaría y aun así nunca hizo nada (aunque, ¿qué podría haber hecho ella?), y, en cierto modo, no la puedo culpar... ella siempre quiso escapar de ti, y lo logro, ahora la comprendo, nos martirizaste con la perfección-.

Herlick discúlpame... nuestra amistad no debió acabar, o por lo menos no de esa manera ,es cierto, siempre tuve miedo a la desilusión, al engaño, y esta mentira tan grande ya no era algo soportable. Tuviste razón acerca de él, si él. Me consuelo pensando que, si el y yo (ya no hay nosotros), nos hubiéramos conocido en otras circunstancias, no nos hubiéramos herido tanto; aunque creo que esa fue exactamente la belleza de nuestro amor... la dualidad entre el dolor y la ternura... pero no todo fue malo -aún puedo afirmar eso con vehemencia-, pues él me enseño a volver a creer en mi misma, y a pesar de todo, nunca tuve miedo de volar a su lado. Lástima que una vez que, nuestro mundo imaginario colapso, mi mundo perfecto, donde el y yo envejecíamos juntos... se desvaneció.

He vivido bajo las sombras mucho tiempo, aunque nunca me molesto... hasta que la envidia e hipocresía me poseyó... cuan equivocada estuve al pensar que la vida era perfecta.

Peace Out.-

Einstein (I)


La actitud religiosa de Einstein evolucionó a largo de los años. Su compromiso con el movimiento semítico no alteró su independencia en el análisis profundo de la razón última de la Naturaleza.

Su actitud racionalista, pero no atea, se ve reflejada en la siguiente cita:

Creo en el Dios de Spinoza, que se revela en la armonía de las cosas, pero no en un Dios que esté interesado en el destino individual de cada individuo.

Su afán incansable y no comprometido por alcanzar un mínimo de comprensión del universo fue una constante en su vida:

Quisiera saber cómo Dios creó el
mundo. No estoy interesado en
fenómenos específicos, ni en el
espectro de un elemento químico.
Quiero conocer Sus pensamientos,
lo demas es un detalle.

Einstein defendió a ultranza los valores morales aportados por las religiones. Consideró indispensable sus aportaciones éticas:

Nuestros tiempos se caracterizan por descubrimientos científicos extraordinarios y por sus aplicaciones prácticas. ¿Quién no queda impresionado por ello? No obstante, no olvidemos que el conocimiento y las aptitudes técnicas no llevan a la humanidad a una vida digna y feliz. La humanidad tiene todo su derecho a colocar a aquellos que expresan valores morales por encima de aquellos que descubren la realidad objetiva. Lo que la humanidad debe a Buda, Moisés y Jesús es mucho más importante que el éxito de las investigaciones realizadas por las mentes de científicos. La humanidad debe defender con todas sus fuerzas las enseñanzas de estos grandes hombres si no quiere perder su "raison d'etre", la certidumbre de su destino y la alegría de su existencia.

Un hombre sabio...


"La palabra Dios para mí no es más que la expresión y el producto de la debilidad humana; la Biblia es una colección honorable, pero primitiva, de leyendas no obstante bastante infantiles. Ninguna interpretación, por sutil que sea, puede (para mí) cambiar eso"


Me interroga sobre mi actitud ante la vida. Prefiero dar que recibir, en cualquier circunstancia; no doy importancia a mi persona, ni a la acumulación de riquezas; no me averguenzo de mis debilidades, ni de mis errores y tomo instivamente las cosas con humor y equidad. Existen muchas personas como yo y no comprendo en absoluto que se haya hecho de mí una especie de ídolo. Es, sin duda, tan incomprensible como el misterio de una avalancha, donde un solo grano de polvo basta para desencadenarla, y que toma un camino bien determinado.

Sólo dos cosas son infinitas, el universo y la estupidez humana, y no estoy seguro de lo primero.